El último libro de la profesora Fina Birulés (Universidad de Barcelona), intitulado Entreactos. En torno a la política, el feminismo y el pensamiento, recorre toda su trayectoria intelectual y se hace cargo de los problemas que siempre le han preocupado como constitutivos de la tarea filosófica: el feminismo, la libertad, la política y la realización fáctica del pensamiento.

A juicio de Birulés, lo que permite el sano funcionamiento de una sociedad es la convivencia de un todos que cobra sentido, precisamente, en virtud de la diferencia de cada uno de sus miembros en su mutuo actuar: es el diferir, y no la mera identidad (o la igualdad), lo distintivo de la libertad y de una correcta articulación política. “Es necesario ir más allá de la igualdad”, asegura, y evitar, a la vez, “interpretar toda diferencia y toda asimetría en términos de desigualdad y de fallas del ideal democrático”.

Es así como Hannah Arendt, a quien Birulés ha estudiado y traducido prolijamente, entendía la política: como “un juego de relaciones plurales que, sólo en el momento en que se realizan, definen el papel y la identidad temporal de los y las agentes”, apunta la autora de Entreactos. La libertad, así, sólo puede articularse desde el momento en que se ejerce la responsabilidad política, pero siempre llevada a cabo desde una diferencia identitaria.

Uno de los objetivos fundamentales de Fina Birulés en este volumen es “repensar la categoría ‘mujeres’ más allá de las políticas de la identidad”. El reconocimiento de la simple condición de sujetos de derecho “no conlleva ni ha conllevado necesariamente la libertad femenina”. Por esta razón escribe Meri Torras i Francés en el prólogo que “la responsabilidad es la des/mesura ante los demás, la asunción de la fragilidad y la contingencia de nuestra capacidad de actuar”. El pensar siempre ha de ir acompañado, en última instancia, de un hacer.

El cometido principal del libro de Birulés tiene que ver con recuperar una noción de política muy determinada: aquella que tiene que ver “con tomar la iniciativa de manera concertada y abrir espacios nuevos en el mundo común” sin que se reduzca a un simple medio “para resolver los problemas sociales”.

Libertad es tener un lugar en el mundo, un punto desde el cual poder mirar el mundo, y poder emitir el propio juicio; la libertad es tener expectativas y, al mismo tiempo, ser objeto de expectativas, es decir, estar en relación con los y las demás. Como dice Arendt, la libertad política es el espacio que hay entre la gente. Al reconocer el lado luminoso de la dependencia, estamos subrayando que libertad y autoridad se encuentran íntimamente vinculadas.

Es pues la política un medio y un fin en sí mismo: un medio porque permite a la sociedad situarse frente a sí misma, pensarse a sí misma, y un fin en tanto que la libertad de sus miembros sólo puede darse a través de los mecanismos que ella pone en juego. Por eso la libertad política y la igualdad de derechos no son sinónimos: “la igualdad no agota en absoluto el campo de lo político: es sólo la condición previa de lo político”.

Las relaciones nos constituyen, nos hacen y nos deshacen. No siempre estamos intactos; el deseo y el duelo nos muestran cuánto hay de inacabado y de dependiente en nosotros. […] En este contexto podemos distinguir entre la libertad política y la igualdad de derechos. No nacemos iguales, llegamos a ser iguales gracias a nuestra determinación, guiada por el principio de justicia, de garantizarnos mutuamente derechos iguales. Esto no quiere decir la supresión de la pluralidad ni de la diferencia, ya que igualdad y homogeneidad en política no son sinónimos. De hecho, las leyes marcan el espacio donde podemos aparecer y decir quiénes somos en nuestra irreductible singularidad. De esta manera, las leyes son las condiciones previas de lo político.

En este libro, auténtico tesoro de pensamientos y reflexiones sobre la vigencia y enjundia de la tarea filosófica, Fina Birulés afronta y desarrolla una pluralidad de asuntos capitales que atraviesan de parte a parte nuestra actualidad (género, igualdad, diferencia, subjetividad femenina, libertad política), culminando su reflexión homenajeando a una serie de autoras que, en muchos casos, engrosaron la lista de una silenciosa corriente filosófica: Rachel Bespaloff, Simone Weil, Sarah Kofman, Simone de Beauvoir, François Collin, Jeanne Hersch o la propia Hannah Arendt. Un libro imprescindible para repensar algunas categorías políticas que, de tan usadas, han perdido su genuino sentido e incluso han desaparecido del escenario filosófico.

Necesitamos mirar atrás para sobrevivir y para disponer de un porvenir. La mirada al pasado cambia el presente, ya que tiene que ver con todo aquello que echamos en falta en el presente, con las que ya no están y las que están por venir. De modo que este trabajo de recuperación en el cual el feminismo se ha embarcado desde hace más de tres décadas y que ha entrado en la academia y en el mundo editorial no puede ser considerado una mera labor arqueológica que sólo atribuye valor a lo que una vez fue, dado que está vinculado a la crítica de nuestro presente y, por tanto, debe ser llevado a cabo sin que, ahora, las vivas queden enterradas por las muertas.

Entreactos. En torno a la política, el feminismo y el pensamiento. Fina Birulés. Katz Editores. 16,50 euros, 209 páginas.