La inspiración

bf1bfc0b02b2cf7388b156c5799cf702.jpgLa inspiración. Un dibujo nuevo en un marco antiguo. Un cuaderno a rebosar de poemas sobre el sofá. La música de fondo, ni demasiado alta ni demasiado baja, justo para acompasar las ideas que vienen, que bailan, distraídas, y se dejan llevar –o quizá soy yo quien se deja llevar por ellas–.

¿Cuántos poetas se sintieron inspirados antes que yo? ¿Cuántos artistas han necesitado un lienzo en blanco frente a sus ojos y sus manos? ¿Cuántos músicos han acudido a rasgar las cuerdas de una guitarra de forma salvaje y suave, extasiados, embriagados, casi furiosos de tan frágiles? ¿Cuántos se han sentado, como yo esta tarde, en su salón, y se han sentido tremendamente vacíos y maravillosamente a rebosar al mismo tiempo? ¿De qué…? ¿De belleza, de vida, de cosas por decir, de silencio que se arrastra para morir en las yemas de los dedos…? ¿Cuántos antes que yo, o incluso al mismo tiempo que yo, ahora mismo, están dejando de estar presentes para ser, con toda la fuerza que implica ese verbo? No es baladí que uno de los mayores filósofos de la historia, Heidegger, reflexionase sobre el ser y el tiempo. Somos más que nunca en el momento en el que el tiempo desaparece. Porque cuando uno crea, cuando uno escribe, dibuja, toca, extasiado por el frenesí de la inspiración, el tiempo no sólo se para, pasa a no existir. De manera que esta tarde, en esta habitación, no hay relojes capaces de encanecer mis palabras; no soy ni seré jamás más yo que ahora –hasta, claro, la siguiente vez, porque para quien ha experimentado la inspiración, ésta siempre guía sus días hasta el punto de vivir esperándola, reclamándola–.

Pregunto con el conocimiento certero de que nadie será capaz de responder a tales cuestiones, aunque puede que ni siquiera desee realmente que sean respondidas. Si las lanzo al vacío de estas páginas es porque siento casi en mi pecho el latir de todos esos corazones compartidos de quienes crean o han creado. Es poética la idea del corazón compartido, y aquí y ahora casi puedo sentirlo en mis propias manos bombeando belleza. Todos los que se han dejado llevar por la inspiración son uno solo, somos uno solo; pues la inspiración, la Belleza (ah, Platón…) nos convierte en prescindibles, finitos e inútiles a su sombra; y al mismo tiempo, ¿quién más cerca de la divinidad que aquel que es capaz de rozarla con los dedos, las palabras, las imágenes, las notas…? ¿Quién puede alejarse más de la insignificancia que el artista? Pues nadie puede dotar al mundo de significado en mayor medida que él. Nadie más que él puede convertir una magdalena en la magdalena, es decir, en algo inmortal –alabado sea Proust –a pesar de su magdalena–. Dice Fernando Pessoa:

El misterio de las cosas, ¿dónde está? ¿Dónde está que no aparece por lo menos para mostrarnos que no es un misterio? ¿Qué sabe el río de eso y qué sabe el árbol? Y yo, que no soy más que ellos, ¿qué sé de eso? Siempre que miro a las cosas y pienso en lo que los hombres piensan de ellas, me río como un regato que suena fresco en una piedra. Porque el único sentido oculto de las cosas es que no tienen ningún sentido oculto. Es más extraño que todas las extrañezas y que los sueños de todos los poetas y los pensamientos de todos los filósofos, que las cosas sean verdaderamente lo que parecen ser y no haya nada que comprender. Sí, he aquí lo que mis sentidos han aprendido solos: las cosas no tienen significación, tienen existencia. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

Pessoa Alianza.jpg

Nada, por tanto, tiene verdadero sentido salvo el fruto del artista. Fuera de la ficción todo se torna resbaladizo, las dudas no iluminan, las palabras son sólo palabras, y hasta un piano parece feo, fuera de lugar, como el pincel que, seco, emponzoña un atril. Fuera de la ficción, de la interpretación, fuera de la magia de la inspiración, el mundo sólo existe y nada más. No hay voluntad, ni fuerza, sólo cuerpos que languidecen y envejecen sabiendo que sólo desean languidecer y envejecer… Y es que, ¿quién querría vivir eternamente en un mundo así? Un mundo completa y bastamente humano. Ah… Un mundo que existe y nada más. Na-da más.

Alejandra Pizarnik

No
Las palabras
No hacen el amor
Hacen la ausencia
Si digo agua, ¿beberé?
Si digo pan, ¿comeré?
[…]
Hablo
Sabiendo que no se trata de eso
Siempre no se trata de eso
Oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
El que no sirve ni para
Ser inservible
Ayúdame a escribir palabras
En esta noche en este mundo

A Pizarnik

Nos habla de un poema que no sirve ni para ser inservible… Y aun así pide ayuda para escribirlo. Pues el artista necesita su fruto, depende de su inspiración; su sentido, su mundo, dependen de su inspiración –como el nuestro–.

¿Sería habitable una existencia sin estos versos de Pizarnik? Digamos que sí. Pero entonces lo inservible no sería este poema, sino todo. Pues sólo el arte es imprescincible, ni siquiera el artista. Este último «sólo» comparte su gracia, se abre el pecho con las dos manos y expone su más pequeña –y única– esencialidad. No, Alejandra, la poesía no es prescindible, bien lo sabías como ahora lo sabemos quienes podemos leerte a pesar de no existir ya. Y de nuevo soy capaz de notar el latir de los creadores en mis propias manos. Pues todos comparten (compartimos) precisamente la vida, la única vida que no finaliza, la única vida que no necesita a la muerte. Las creaciones son tan inmortales como la inmortalidad. Y los artistas, lúcidos por la locura de las musas y ciegos por ser los más videntes, deben ser mortales para que sea su obra la que hable por ellos, por todos nosotros –humanidad al fin y al cabo–.

Así, nos dice Pessoa una vez más:

He escrito muchos poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.
Cada poema mío lo dice,
y todos mis poemas son distintos,
porque cada cosa es una manera de decir esto mismo.
[…]
Si lo que escribo tiene algún valor, no soy yo quien lo tiene;
el valor está allí, en sus versos.
Todo esto es absolutamente independiente de mi voluntad.

La voluntad del creador es tan caótica como bella. Se acerca a la divinidad sin comprenderla. Y ahí está el misterio de su vida, ahí está la bendita trampa que le insufla aliento: debe hacerlo aunque jamás sepa por qué; pues a ese momento de frenesí creador debe su corazón. Y cuando su corazón se pare, seguirá latiendo en otro corazón. Y así sucesivamente. Como hoy, en este salón, en este pecho que alberga un corazón que también late por todos los corazones y que, inevitablemente, prescindible como es, un día, como los demás, se parará. Pero hasta entonces.

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8 comentarios en “La inspiración

  1. Otro filósofo, Popper también disfrutó del arte, de la música, descubre la riqueza de la polifonía en los coros y lo traslada exitosamente a la filosofía en una búsqueda sin término, en un intento por reducir as tragedias humanas ocasionadas por nuestra ignorancia…

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    • la ignorancia es una caracteristica inherente al espíritu humano , es un estado del anima que no le incomoda , solo cuando comenzamos una aventura seria en el conocimiento , descubrimos nuestra ignorancia , e iniciamos esa búsqueda que tu mencionas , el arte ,en general , genera la perpectiva para leer el mundo desde la ignorancia comprendida , es el portal para iniciar nuestro periplo interminable.

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  2. Justo hoy me he sentado frente a mi cuaderno, y, con el ordenador abierto he leído esta nueva entrada.
    Gracias.
    Hace meses que no salen mis palabras, quizá agotamiento físico, quizá el dolor me impida dar rienda suelta, quizá se desvanecen, quizá… Quién sabe!!

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  3. que las musas son
    de lo más insumisas

    que las obras hablan
    por sí mismas

    que las vidas sin obras
    huelga vivirlas y

    que los sueños
    sueños son

    Rory :)

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  4. Admiro a las personas que estrujaron sus neuronas para entregarnos la belleza en palabras, que nos devuelven las ganas de seguir viviendo, en una sociedad cada vez más enajenada de nuestros tiempos.

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  5. LA CREACIÓN DE UNA OBRA DE ARTE TIENE MENOS DE INSPIRACIÓN QUE DE OFICIO Y DISCIPLINA. YA LO DECÍA PICASSO .»QUE LA INSPIRACIÓN TE ENCUENTRE TRABAJANDO».
    EL ARTE ES 99% DE TRANSPIRACIÓN Y 1% DE INSPIRACIÓN.GLORIA BECERRA

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  6. para mi la inspiración es sentarme a trabajar
    no tiene nada de poético
    la actitud de búsqueda y reflexión hacen el resto , no hay magia ni secreto
    si algo hay , algo saldrá
    pero solo si me pongo a buscar
    existe la posibilidad de que encuentre.

    no he visto aun ninguna musa
    y eso que he tratado de verlas
    lo que si he visto
    son horas de trabajo sin resultados
    y unos pocos minutos en que escribo lo rescatable
    pero hay que exponerse al fracaso , a la perdida de tiempo , al vacio , a la pagina en blanco
    o manchada por palabras que no son
    al pensar que debi hacer algo mas productivo .

    La inspiración es la gota de sangre de dios
    que cae
    sobre la mesa,

    el fluido del extasis

    sin extasis

    es como la muerte
    que viene de pronto
    sin merecerla .

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