La filosofía es dejada de lado en ocasiones por tener fama de ser una disciplina abstrusa, incómoda y de corte eminentemente teórico. Si bien es cierto que el estudio profundo de cualquier obra filosófica conlleva un esfuerzo intelectual considerable, aquellas personas que sin embargo se interesen por esta rama de las Humanidades cuentan con obras que -a modo de grandes ventanales- pueden constituir una gran ayuda para adentrarse en sus enmarañados y siempre ondeantes entresijos. En este sentido, Invitación a la filosofía supone un compañero de inestimable apoyo.
Filosofar es pensar por uno mismo. […] Obviamente, la filosofía tiene sus especialistas, sus profesionales, sus enseñantes. Pero la filosofía no es fundamentalmente una especialidad, ni un oficio, ni una disciplina universitaria: es una dimensión constitutiva de la existencia humana.
A juicio del autor, André Comte-Sponville, no podemos pensar nuestra vida ni vivir nuestro propio pensamiento sin filosofar. La filosofía es, precisamente, reflexionar sobre los saberes disponibles y sobre nuestra existencia. No dar nada por sentado. Comenzar a preguntar cuando todo parece resuelto. Asumir que la realidad no es un constructo dado definitivamente y de una vez por todas, terminado, sino algo en permanente confección, y que por ello, necesita del ejercicio constante de nuestro pensamiento crítico:
La filosofía es un preguntar radical, la búsqueda de la verdad total o última (y no, como en las ciencias, de tal o cual verdad particular). […] Pero la filosofía es también, y quizá fundamentalmente, crítica de las ilusiones, de los prejuicios, de las ideologías. Toda filosofía es una lucha.
El objeto de estudio de la filosofía es pues la totalidad, y tiene como aliadas a las ciencias. Su meta no es la mera erudición, sino la sabiduría entendida en última instancia como felicidad (hundida en el seno de la verdad). «La felicidad es la meta; la filosofía, el camino», asegura André Comte-Sponville, y Kant afirmaba:
La filosofía es para el hombre un esfuerzo por alcanzar la sabiduría, esfuerzo que nunca acaba.
Si echamos un vistazo al índice de Invitación a la filosofía, observamos cómo Comte-Sponville intenta hacerse cargo de todos aquellos asuntos que interesan especialmente a la filosofía, lejos de su apariencia más teórica o barroca: la muerte, el conocimiento, la libertad, el tiempo, el ateísmo, la moral o la política. Fiel a su estilo, el autor francés presenta la filosofía como una reflexión sobre lo que sabemos, lo que vivimos y lo que queremos. La filosofía no es propiedad intelectual de nadie. «El ser humano es un animal filosofante -explica-: sólo puede renunciar a la filosofía renunciando a una parte de su humanidad».
Si les interesa la filosofía y desean adentrarse en ella de manos de una pedagógica guía, este libro se convertirá en un privilegiado colega y maestro. El volumen incluye, además, un completo y extenso epílogo de gran ayuda en el que Comte-Sponville alude a numerosas obras filosóficas, clasificadas por su grado de dificultad, que el lector podrá estudiar para complementar en todo momento las sugerencias de Invitación a la filosofía.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
Platón
Un libro del que partir hacia meta segura, para iniciar futuros viajes al mando de la propia nave… Muy recomendable para alumnos de Bachillerato.
Pingback: André Comte-Sponville (1952-) | Aminta Literaria
Excelente Articulo me gusto mucho.
Me gustaMe gusta