La luz que acaricia el enigma
Nada hay más complementario que lo absolutamente opuesto. Por ese motivo, podríamos decir que el enigma es la certeza de la incertidumbre, el deseo que nos ancla a una errancia trazada por lo (siempre) desconocido. El enigma, el secreto, el deseo, el misterio, llamémoslo como queramos o, mejor dicho, como podamos, nos atraviesa de tal…