Franz K. Mayr: desenterrar razones para el matriarcado

diosa_atenea.jpgFranz Karl Mayr, el que fuera discípulo del filósofo Martin Heidegger y asistente del teólogo Karl Rahner, fue uno de esos pensadores que se hicieron cargo de temas importantes de la existencia antes de que la suerte o los intereses comerciales los popularizaran y convirtieran en objetos de consumo. En los años sesenta del pasado siglo, primero en la Universidad de Innsbruck y luego en la de Portland, se dedicó a reflexionar sobre temas culturales –la relación del matriarcado con el patriarcado, por ejemplo– que hoy en día son absolutos trending topics. La tímida y escasa recepción de Mayr en España se la debemos al profesor de Deusto Andrés Ortiz-Osés con la traducción de La Mitología Occidental (Anthropos, 1989, Barcelona).

Mayr traza una hermenéutica genealógica de nuestra cultura en la que se muestra, a partir del dios Hermes, cómo la axiología matriarcal mediterránea fue superada y reprimida por la nueva axiología patriarcal greco-helénica. En un primer momento (Tabla 1, más abajo) se presentan las características más importantes de las dos axiologías, la matriarcal y la patriarcal. En un segundo momento (Tabla 2) se muestran las características que adopta Hermes en cada una de tales cosmovisiones.

¿Por qué Hermes? Que Hermes es una deidad fundamental en nuestros orígenes es una afirmación defendida ampliamente por numerosos autores. El dios del falo que señalaba, primero, las tumbas y otras localizaciones funerarias. El dios del falo que luego trazó los caminos y fronteras por donde transitar. Es un dios complejo desde el comienzo de nuestra civilización, puesto que simboliza tanto la vida (el falo que se introduce en la tierra y la preña eyaculando) como la muerte (las piedras que señalan y marcan las tumbas, para que no caigan en el olvido). En un primer momento, Hermes expresa simbólicamente la unidad de la vida y la muerte, pero también el nexo de lo femenino y lo masculino. No hay una hegemonía de una axiología sobre otra, no hay una oposición violenta entre ambas, pero no fue siempre así.

Tabla 1

AXIOLOGÍA

MATRIARCAL

PATRIARCAL

Cultura agrícola y de recolección

Cultura mercantil-ganadera

Cultura cretomicénica anterior a Homero

Cultura heroica (Troya) y clásica (polis)

Espíritu femenino, cultos de fertilidad

Fundación del Estado

Simpatía biológica

Emergencia de la política como técnica

Comunidad

Sociedad

Diosa Deméter

Diosa Atenas

Misterios dionisíacos

Misterios apolíneos

Logos vital y comunitario

Logos abstracto y cósico

Dimensión naturalista y comunal

Dimensión individualista y abstraccionista

Tabla 2

HERMES

Dios rural de Arcadia

Dios urbano y olímpico

Espíritu masculino de la feminidad. Falo. Al servicio de la Gran Madre

Dios de la aventura, la actividad y la conquista

Símbolo de la posesión y el erotismo, también del entusiasmo

Símbolo de la astucia, la argucia, el robo y el rapto

Emergencia de la vida y la muerte

Capacidad de convencer por el lenguaje

Dios hermenéutico

Dios hermético

Hermes-Afrodita o «hermafrodita»

Hermes lógico

Dialéctica matriarcal

Lógica patriarcal

Hermenéutica matriarcal naturalista

Hermenéutica patriarcal racionalista

Comprensión

Explicación

Inspiración

Lógos

Llega un momento en el que la balanza se desequilibra. La cultura matriarcal mediterránea da paso a la cultura griega y apolínea. Los indoeuropeos vencen, y aunque se dejan empapar por el dulce matriarcalismo previo, las cicatrices desgarradoras que portan en su conciencia se dejan notar. Dice Mayr:

He aquí que la primera figura matriarcal-naturalista de Hermes, en cuanto Hermeneuta de nuestra cultura, va a dar paso definitivo a su figura patriarcal-masculina fálica: de servidor de la Gran Dios madre (Tierra-Naturaleza), tal y como es celebrada en los aborígenes misterios matriarcales dionisíacos, se convierte en figura cabírico-fálica en los misterios de Samotracia y, finalmente, en mensajero del dios patriarcal Zeus.

HermesEn la dialéctica matriarcal, el dia-logos se entendía como un dar-recibir ese lógos, pero de manera ordenada y acordada, pactada y reconciliada. Como también lo están, ordenadas y reconciliadas, la naturaleza y la cultura, physis y lógos. Lo que hace posible dar y recibir razones es la confianza o fe (pistis), que hace posible el origen de la vida. Las Gracias (Carites) son la representación de esa confianza en la naturaleza en cuando fundadora, también, de la justica y el derecho (diké y nómos). El pensamiento patriarcal y clásico de los griegos se centró únicamente en el lógos lógico, convirtiendo la gracia en concordancia, pero como mera convención jurídica. Dar-recibir razones será entonces dar-recibir gracia, a la vez vida y justicia.

Con la cultura occidental greco-romano-germano-cristiana ganamos, sin duda, una ingente cantidad de cosas. No es desdeñable aquel avance racionalizador. Lo que ha ocupado poco espacio en el pensamiento occidental (será por ser mayoritariamente patriarcal) es todo aquello que perdimos al dejar de lado o minimizar la axiología matriarcal. Esta es la idea central sobre la que gira el trabajo de Mayr: cómo el patriarcalismo dominante terminó reprimiendo el matriarcalismo aborigen mediterráneo, cómo unas categorías se impusieron, aplastando, a las otras.

El desplazamiento, explica Ortiz-Osés, de la Grecia preclásica, matriarcal y mediterránea al patriarcalismo indogermano queda evidenciado por los estudios de Mayr. El desplazamiento simbólico de la experiencia matriarcal de la vida y su lenguaje materno a otro patriarcal-racionalista-artificial-delimitador. Es una devaluación de lo alógico-sensible-maternal frente al dios-logos-razón, devaluación de lo subjetivo-tiempo-verbo frente al objeto-espacio-nombre.

De hecho, a juicio de Ortiz-Osés, donde las tesis de Mayr quedarían mejor retratadas es en el célebre mito platónico de la caverna, pues allí:

Comparece la devaluación de la vieja categoría matriarcal de «materia» (principio femenino) por la de «forma» (principio masculino activo-dominante) (Timeo). En el mito de la caverna se asocia el mundo de la realidad con el mundo masculino de fuera (la luz, el sol, la claridad) frente al fondo de la gruta y su simbolismo ancestral femenino (la oscuridad, las sombras, lo móvil). La vieja physis divinizada y su «génesis» da paso el «ser» y su «naturaleza» inmutable (Parménides), y el lenguaje místico-simbólico será desplazado por el lenguaje «lógico»…

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