Jimi Hendrix: «mi objetivo es ser uno junto con la música»

Y la leyenda se hizo hombre. O eso podría decirse tras la lectura de este maravilloso volumen editado por Sexto Piso, en el que asistimos -como privilegiados espectadores- a las idas y venidas de uno de los mejores guitarristas de la historia de la música: Jimi Hendrix (1942-1970).

Mi objetivo es ser uno junto con la música. Dedico toda mi vida a este arte. […] En el momento en el que sienta que no tengo nada más que ofrecer musicalmente, no me encontrarán en este planeta, a menos que tenga esposa e hijos, porque si no tengo nada que comunicar a través de mi música, entonces no hay nada por lo que valga la pena vivir.

Jimi Hendrix - Empezar de ceroPero pongámonos serios por un momento. Más allá -o más acá- del «mito Hendrix», se esconde una historia quizás ignorada para quienes, al conocer la pertenencia de Jimi al malhadado (pero tan genial) «Club de los 27», no dudan en encasillarlo como uno de esos casos en los que el personaje en cuestión no supo gestionar el éxito cosechado o la fama alcanzada.

Porque si algo queda claro para el lector de Empezar de cero, además de la casi obsesiva afición de Hendrix por la escritura (que practicaba en cualquier momento y en cualquier circunstancia, en una servilleta, en un envoltorio de caramelo o en su propio cuerpo), es la «terrible» coherencia vital de su desarrollo personal y artístico. Un recorrido que le condujo fatalmente al siempre problemático y fangoso mundo de las drogas. Éstas, que no fueron al principio más que un «necesario» compañero de trabajo (para afrontar jornadas laborales maratonianas de más de dieciocho horas, o giras interminables de conciertos que, en sus palabras, iban robándole poco a poco «pedazos de su alma»), acabaron por convertirse finalmente en una funesta adicción.

Estoy tan cansado de todo. Estoy perdido, soy incapaz de tocar más. He trabajado  mucho durante estos tres años. Sacrifico parte de mi alma cada vez que toco. Ciertas cosas me recargan en un instante. También puedo agotarme en un instante.

Acaso fuera su muerte (envuelta aún, por cierto, en el misterio) la que permitió engrandecer de manera definitiva la ya legendaria figura de Jimi Hendrix. Pero tras esta cortina de humo encontramos a un hombre dedicado en cuerpo y espíritu a su pasión. Él mismo confesaba que «con la música no hay tiempo para nada más. Ya estoy casado con mi música».

Mi filosofía personal es mi música. […] La música es toda mi vida. No hay nada más aparte de la música y la vida –es lo único–. Fluyen juntas, muy cerca la una de la otra, en una especie de paralelo. Y ése es el efecto que me gustaría que mi música tuviera en el público […]. Por eso el mundo está tan jodido hoy día, porque las personas se basan demasiado en lo que ven, y no en lo que sienten.

Jimi Hendrix2Empezar de cero, precioso volumen de 240 páginas, completa y elegantemente ilustrado, traducido del original inglés (Starting at Zero: Jimi Hendrix’s Own Story) por Raquel Vicedo, nos acerca al relato (auto)biográfico de este revolucionario guitarrista de la mano de su propio protagonista, sin intermediarios. Como apunta en las páginas introductorias Peter Neal, compilador del libro y responsable de su magnífico desarrollo lineal (tarea nada fácil, si tenemos en cuenta el vasto material existente –entrevistas, diarios, epistolarios, canciones, etc.–), en Empezar de cero nos topamos con las ideas que fueron formándose paulatinamente en la cabeza del genio estadounidense, así como «de los cambios de percepción y conciencia que estaba experimentando. En consecuencia, al avanzar el libro, éste deja de ser un relato de los acontecimientos externos y se convierte en la exploración de un viaje interior».

Un viaje interior que, hay que subrayar, comenzó con un periplo «exterior» nada sencillo. El propio Jimi confiesa que los primeros años fueron muy duros: apenas sabía tocar tres o cuatro canciones, los escenarios le aterrorizaban y ponían peligrosamente nervioso, «me temblaba todo». Pero Hendrix fue valiente y, sobre todo, testarudo a pesar de las circunstancias, a pesar de las noches durmiendo en oscuros callejones o antros donde las ratas le paseaban por encima (cuando la velada no se daba bien y no encontraba ninguna chica con la que compartir una cama), a pesar de las primeras decepciones, de los primeros portazos, a pesar de la falta de oportunidades…:

La mayoría de la gente abandona en ese momento, pero es mejor no hacerlo. Sigue adelante, simplemente, sigue adelante. En algunos momentos uno se frustra tanto que odia la guitarra, pero eso es sólo parte del aprendizaje. Si te empeñas, obtendrás tu recompensa. Si eres un cabezota, puedes conseguirlo.

Y Hendrix lo fue. Tras su nada agradable estancia en el ejército después de abandonar sus estudios («el ejército es más para gente a la que le gusta que le digan lo que tiene que hacer»), Jimi comienza su meteórico trayecto hacia la construcción de la leyenda que hoy conocemos. Una leyenda que, como digo, es «humana, demasiado humana». Cuánto nos llama hoy la atención, por su clarividente inocencia, la decisión del joven Hendrix que, con apenas veinte años, explica que fue precisamente en el ejército donde empezó a tocar «en serio» la guitarra, «así que pensé que lo único que podía hacer era intentar ganar algo de dinero tocándola».

Toqué en cafés, en clubes y en la calle. Al principio fue muy duro. Vivía en condiciones lamentables. Dormía donde podía, y cuando tenía hambre, robaba. Gané algo de dinero, pero no me gustaba nada. […] Cuando estás de acá para allá muriéndote de hambre en la carretera, tocas lo que sea.

Jimi HendrixY sin embargo, la ambición se mantenía viva: «no quería un trabajo que no tuviera que ver con la música». Hendrix sabía que si se «encontraba bien mentalmente», si perseguía con vehemencia su aún lejana meta, la oportunidad llegaría tarde o temprano. Hasta que llegó en forma de bajista: Chas Chandler, integrante de The Animals, le propone viajar con ellos a Inglaterra. «No tenía ataduras en Estados Unidos, y no importa en qué parte del mundo me encuentre mientras esté vivo y escriba». El resto es historia…

Seguidores hispanohablantes de Jimi Hendrix: aquí tienen su libro. Baste lo dicho para invitarles a leerlo. Estamos ante una auténtica joya bibliográfica digna de coleccionista a la que muchos no sabrían poner precio. Para aquellos que, como en mi caso, generacionalmente no hemos convivido de una manera directa con la música de Hendrix, Empezar de cero encierra una historia que emociona y engancha desde la primera línea, una auténtica Bildungsroman (novela de formación) narrada en primera persona, en la que podemos indagar a hombros de gigante en la historia real de uno de los genios musicales del siglo XX y que, a través de los ojos del autor, nos enseña a vivir intensamente una existencia a veces difícil, a veces dulce, pero en la que, en palabras de Hendrix, «uno tiene que llegar a lo más hondo para poder volver a salir a la superficie». Un testimonio imprescindible. Turbador. Fantástico. Real.

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Un comentario en “Jimi Hendrix: «mi objetivo es ser uno junto con la música»

  1. Hendrix fue básicamente un investigador de la guitarra eléctrica y el inventor del fedback, efecto que producia con todo tipo de pedales en los que el colaboraba en diseño y sonido. Pero cuando grabo su tercer álbum de estudio, Electric ladyland, una joya, dijo que había llegado al punto en el que ya no podía reproducir la música que hervia en su mente.Y grabo unos cuantos discos que no vieron la luz hasta después de su muerte. Eso que es la rapiña de la industria discográfica.Y para mi eso fue lo que hundio a Hendrix. El era un creador, no un vendedor de música.

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