Karoline von Günderrode y la rebeldía inconmovible
Debió de ser un templado día de julio con aciagos presagios escritos en el cielo y un intenso aroma a riberas llenas de fatalidad, cuando Karoline von Günderrode decidió arrojarse al río cuyas aguas habían custodiado el mítico tesoro de los nibelungos. La romántica alemana más célebre de aquella época –con permiso de su amiga…