Tractatus de erroribus philosophorum

El Tractatus de erroribus philosophorum, articulado en trece capítulos, aparece en el año 1270. Se trata de un texto que atestigua las luchas doctrinales que tuvieron lugar en la Universidad de París en los años previos a su composición y en el que su autor, Gil de Roma, no duda en denunciar los equívocos y disparates que allí observó desde el punto de vista de la religión cristiana.

Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera (R. Tagore).

Los errores de los filósofos (Trotta), obra traducida y ampliamente comentada por el prestigioso Catedrático de Historia de la Filosofía Medieval en la UCM Rafael Ramón Guerrero, ilustra de manera muy clara la recepción de Aristóteles y de los filósofos árabes y judíos en medios tradicionales cristianos, a la vez que informa sobre la aceptación de algunas de sus doctrinas y sobre el rechazo de otras en un mundo intelectual en cambio y en transformación y receptivo a las novedades precedentes de la filosofía griega y árabe, en gran parte constitutivas del pensamiento occidental a partir del siglo XIII.

Nos encontramos ante un libro que permite situarnos en un contexto más que interesante: el momento en el que la posibilidad de que la Filosofía pudiera ocupar el puesto de disciplina autónoma –separada de los en ocasiones perniciosos nexos con la religión dominante–.

Más instructivos son los errores de las grandes inteligencias que las verdades de los ingenios mediocres (Arturo Graf).

los-errores-de-los-filosofos-9788498793512En los textos de los siglos XIII y XIV, el término philosophia aludía a lo que se puede descubrir por la razón y la observación, sin apelar a un conocimiento revelado. Sin embargo, este primer impulso por obtener la independencia fue rápidamente abortado: el conflicto entre la tradición y la renovación estalló de nuevo hacia 1267, cuando se atacaron directamente doctrinas aristotélicas que defendían un grupo de maestros liberales en artes.

En líneas generales, los teólogos parisinos cuestionaban las siguientes tesis: 1) la eternidad del universo, que implicaba la negación del acto creador original de Dios; 2) la regularidad e inalterabilidad de los procesos de la naturaleza, lo que suponía rechazar los milagros y admitir el determinismo astral, negando por tanto la libertad humana; y por último, 3) la unicidad del intelecto para todos los hombres, lo que contradecía la creencia cristiana en la otra vida y en la inmortalidad del alma.

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan (Paulo Coelho).

Hasta tal punto llega esta denuncia por parte de la dogmática cristiana que, en 1270, año de publicación de la obra de Gil de Roma, se produce la primera condena pública contra tesis de origen aristotélico. El 10 de diciembre, el por entonces obispo de París, Esteban Tempier, enumera trece de estos imperdonables “dislates”, precedidos de este mensaje: “Estos son los errores condenados y excomulgados, junto con todos aquellos que los enseñen o los reivindiquen a sabiendas”.

Siempre dispuesta a ofrecer a los amantes de la filosofía –y de los buenos libros– nuevo material de estudio e investigación, la editorial madrileña Trotta presenta un volumen de inexcusable lectura para todos aquellos interesados en la vertiente polémica de la historia del pensamiento.

Tu mejor maestro es tu último error (Ralph Nader).

En Los errores de la filosofía se destapan abiertamente las opiniones de los filósofos que se oponen a la verdad cristiana, a través de una compilación de las desviaciones en las que incurrieron pensadores de la talla de Aristóteles, Averroes, Maimónides, Avicena o Alkindi.

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